III Encuentro Int. contra el Trabajo Infantil. 5 Claves exitosas en el desarrollo e implementación de políticas de prevención y erradicación del TI en Colombia

Texto de Experto – Cinco claves exitosas en el desarrollo e implementación de la política pública de prevención y erradicación de trabajo infantil en Colombia – María Clara Melguizo

Colombia lleva 15 años desarrollando e implementando una política pública de prevención y erradicación del trabajo infantil. El trayecto recorrido muestra algunas acciones que se reconocen como exitosas y dentro de las cuales vale destacar cinco: 1) la constitución de un espacio de coordinación interinstitucional e intersectorial que formule la política; 2) el trabajo alrededor de 4 líneas de acción de largo alcance; 3) la focalización en peores formas; 4) el uso de las TIC en la descentralización de la política; y 5) la articulación de las autoridades con la cooperación internacional. Lee y participa de la discusión sobre esta temática en el Foro.

En Colombia este año se conmemoran 15 años del inicio formal de uncamino comprometido a reconocer y posicionar el trabajo infantil como una ‘situación socialmente problemática’[1]que afecta a 1 de cada 5 niños y niñas del país. El trayecto recorrido en estos años ha figurado retos, alcances, dificultades, lecciones, y por supuesto, acciones que se han catalogado como oportunas. Este documento quiere rescatar y describir brevemente algunas claves o acciones que por su pertinencia, alcance y viabilidad, se reconocen como exitosas para el posicionamiento del trabajo infantil dentro de una política pública.

Clave 1: Constituir un espacio de coordinación interinstitucional e intersectorial que desde una mirada integral formule una política pública de prevención y erradicación de trabajo infantil

Justamente el inicio formal de la política pública de trabajo infantil en Colombia se ubica en 1995 con la creación por medio del Decreto 859 del Comité Interinstitucional para la Erradicación del Trabajo Infantil y la Protección del Trabajo JuvenilCIETI[2]como la máxima entidad encargada de la formulación y puesta en marcha de la política nacional en la materia. Allí confluyen instituciones estatales, organizaciones de trabajadores, organizaciones de empleadores, organismos internacionales, ONG y representantes de la sociedad civil. La constitución de este espacio de coordinación y concertación interinstitucional e intersectorial se da en el momento en que el sistema político institucional reconoce la necesidad de prever respuestas frente a la situación socialmente problemática y existe voluntad política para avanzar y formular una política pública. Este espacio ha sido fundamental, pues ha permitido unificar y articular esfuerzos provenientes de variadas esferas de la sociedad civil y el Estado, favoreciendo la integración cuatripartitae involucrando a los sectores de educación, formación para el trabajo, promoción del empleo adulto, recreación, deporte, salud, protección a la familia y a la infancia, y control de la función pública en: la formulación, ejecución y evaluación de la política pública y sus líneas de acción;la descentralización de la política apuntando a su operatividad e implementación en todos los niveles territoriales; la restitución de los derechos de los niños y niñas trabajadores, especialmente en peores formas; el desarrollo de acciones integrales de prevención que permitan incidir en las causas básicas de la vinculación laboral precoz; la optimización de recursos públicos, privados y de cooperación para atacar el fenómeno; el tratamiento del tema desde una perspectiva de derechos integral; y el seguimiento del impacto, eficiencia y eficacia de las acciones implementadas.

Clave 2: Formular una ruta temática de acción de largo alcance expresada en 4 líneas de acción:

  • Análisis de situación.
  • Transformación de patrones culturales.
  • Desarrollo de la legislación.
  • Desarrollo de instrumentos de política pública.

Las 4 líneas de acción definidas en 1996 con el Primer Plan Nacional de acción de prevención y erradicación del trabajo infantil constituyen los pilares fundamentales que desde entonces hasta hoy dirigen las acciones a implementar como parte del desarrollo y evolución de la política pública en la materia. La noción está fundamentada en la idea de que estas líneas son esenciales para la comprensión integral del fenómeno, abordan la complejidad de la problemática, y permiten el diseño de estrategias de prevención y erradicación. El camino hasta ahora transitado ratifica el acierto de su formulación: 1) el fortalecimiento de los mecanismos de medición y análisis de la situación ha permitido establecer regularmente tanto la magnitud y características del trabajo infantil, como el impacto de la atención en materia de prevención y erradicación; 2) la intervención en los patrones culturales ha apoyado la transformación de aquellas ideas, valores y creencias arraigadas a la sociedad que valoran, legitiman y promueven el trabajo infantil, afectando así las pautas que reproducen o inhiben el fenómeno; 3) los adelantos en la rama legislativa han garantizado la adecuación progresiva de la legislación nacional a los mandatos dados a nivel internacional, además de fortalecer los mecanismos internos que desde el control público garantizan su aplicación; y 4) el desarrollo de instrumentos de política pública ha permitido la inclusión del tema en Planes de Desarrollo[3]y programas institucionales[4], el fortalecimiento de los elementos conceptuales y técnicos con los que cuentan las instituciones para enfrentar e intervenir el problema, y el direccionamiento de la oferta a la población infantil trabajadora o en riesgo de serlo. El diseño, aplicación y seguimiento de las actividades planificadas como parte de cada línea se ha hecho a través de tres planes nacionales con vigencias 1996-1998, 2000-2002 y 2003-2006, y de la actual Estrategia Nacional para Prevenir y Erradicar las Peores Formas de Trabajo Infantil y Proteger al Joven Trabajador 2008 – 2015.

Clave 3: Focalizar la política pública hacia peores formas de trabajo infantil

Teniendo en cuenta que hay trabajos que por su naturaleza y condición terminan siendo altamente riesgosos para el desarrollo y la salud física, psicológica y emocional de los niños y niñas que lo ejercen, la política internacional y nacional han focalizado sus esfuerzos en lo que han denominado la lucha contra las peores formas de trabajo infantil. Esta categorización, formalizada a través del Convenio 182 de 1999 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), ha permeado los desarrollos del país desde su promulgación, dictaminando la priorización en la prevención, atención y restitución de derechos de los niños y niñas inmersos en estas peores formas, principalmente vinculados a actividades como comercio callejero, venta en plazas de mercado, explotación sexual comercial, minería artesanal, servicio doméstico y agricultura. Algunas de estas peores formas tienen planes nacionales específicos y desarrollos jurídicos de importancia como es el caso de la explotación sexual comercial, y a nivel institucional se cuenta con avances importantes en materia de conocimiento y análisis de la situacióngracias a herramientas como el Módulo de registro de niños y niñas identificados en peores formas de trabajo infantil beneficiarios de proyectos.

Dirigir la atención de la política pública hacia las peores formas de trabajo infantil ha permitido rescatar y atender a los niños y niñas que son víctimas de estas lesivas y peligrosas actividades, previniendo a la vez la vinculación de nueva población en riesgo. Asimismo, la figura de peores formas ha facilitado el establecimiento de consensos en un contexto donde aún existen valoraciones positivas frente a determinados trabajos ejercidos por niños y niñas, lo que ha resultado fundamental para la articulación y acuerdos entre diferentes actores claves para el desarrollo de la política.

Clave 4: Utilizar las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) para focalizar, ordenar y seguir la acción desde los diferentes niveles territoriales

En países como Colombia cuya administración pública es descentralizada resulta absolutamente necesario que la prevención y erradicación del trabajo infantil sea parte de la agenda de los diferentes entes y niveles territoriales. Con el diseño e implementación del Tercer Plan 2003-2006, se instauró el proceso de conformación de Comités departamentales y municipales que movilizan el tema trabajando en las 4 líneas de acción establecidas a nivel nacional y funcionando en términos organizacionales de la misma manera que el CIETI. Actualmente el país cuenta con instancias de coordinación para la prevención y erradicación de las peores formas de trabajo infantil en 13 departamentos y 22 ciudades capitales, y desarrolla programas a favor de su activación en el resto del territorio. Dentro de este propósito el uso de las TIC ha brindado enormes beneficios porque permite: capacitación técnica en trabajo infantil o desarrollo de las líneas de acción a instituciones responsables de la puesta en marcha de la política a nivel local; seguimiento a la inclusión del tema en planes de desarrollo locales, planes institucionales y planes anuales de inversión; control a la gestión de alcaldes y gobernadores enla priorización de acciones y recursos que afecten las causas más relevantes del fenómeno; levantamiento progresivo de una línea de base de niños y niñas identificados en peores formas; y seguimiento a la política nacional de trabajo infantil registrando los avances y evoluciones en los niveles territoriales. Todo lo anterior con los positivos atributos propios a las TIC, como facilidad en el ingreso y acceso de la información, recolección de datos de manera segura, utilización de una metodología única y compartida, búsquedas discriminadas por variables y territorios, divulgación a un público limitado o ilimitado, ubicuidad en el acceso, y fortalecimiento de redes a favor de una intervención integral. La administración de los software diseñados para estos propósitos está a cargo de instituciones como la Procuraduría General de la Nación, el Ministerio de Protección Social y la Federación Colombiana de Municipios.

Clave 5: Articular a las autoridades nacionales y locales con la cooperación internacional

La cooperación internacional en materia de trabajo infantil se articula como un agente dinamizador y de fortalecimiento técnico a los organismos nacionales. Este tipo de sinergia ha permitido centrar la responsabilidad en las autoridades nacionales y locales con competencia en el tema, otorgando a las organizaciones de cooperación un rol fundamental de calificación de las instituciones nacionales a través de la asistencia técnica brindada. De igual forma, ha permitido insertar la problemática en la agenda internacional, canalizando los apoyos técnicos y financieros necesarios.

Redes Sociales para la erradiciación del TI. Experiencia Fundación Telefónica

Texto de Experto – ¿Redes Sociales y/o pensar en Red? – Algunos comentarios “sociales” sobre la transformación de la “red de redes”- Oscar Battiston y Equipo Proniño España

En este texto, Oscar Battiston tematiza y analiza la importancia de las Redes Sociales.

En los últimos años, y aunque esto no es nuevo dentro de la explosiva expansión del “mundo de las redes”, dos ideas están siendo discutidas intensamente como principales fenómenos emergentes, o más bien, como los elementos conceptuales que perfilaran en nuevo escenario (en un sentido amplio) de Internet, y con ello, seguramente de las formas de relacionarse de las personas y los agentes sociales.

Por un lado, las tendencias tecnológicas que apuntan a lo que se ha denominado Web 2.0, y que ya apunta a ser, un tránsito hacia otro escenario aun más complejo, el de la Web 3.0 (Figura 1).

Sin embargo, lo que importa, al menos desde esta perspectiva, no es tanto la tecnología en cuanto “herramienta o instrumento”, sino el relato social que nos trae: la web 2.0 no es sino el transito desde los modelos de comunicación unidireccionales fuertemente jerarquizados, en donde los usuarios eran de alguna forma “público” o “consumidores de información”, hacia otro estadio en donde la comunicación se hace horizontal, interactiva y en la que las personas se constituyen en creadores colectivos de información a través de redes multidireccionales, fuertemente desjerarquizadas y con un enorme potencial de creatividad.

El otro fenómenos del que se discute también intensamente, es el de las redes sociales RRSS), aunque aquí también se corre el riesgo de confundir “la explosión de distintas plataformas” (Figura 2) con el fenómeno social en si.

En realidad, los que las distintas plataformas de RRSS están posibilitando, es potenciar y perfeccionar dispositivos de cooperación social consustanciales a todos los procesos de socialización, al ser humano en cuanto a tal y que podríamos, de manera esquemática, representar en verbos: CONVERSAR, COMPARTIR, COLABORAR. Y que además, en este orden de enunciación representan también la complejidad social creciente que tienen (Figura 3)

Pues bien, si se hace un ejercicio de análisis del “para que sirven” esa compleja tela de araña de las plataformas antes comentadas, se ven que podrían ordenar –por supuesto en una forma conceptual y aproximada- en un espacio definido por estas tres dimensiones. Por ejemplo, una plataforma de tipo Twiter, sería básicamente para “Conversar”. Una de tipo FACE Book soportaría procesos de “Conversar y Compartir”, una Wiki sería un espacio de “Colaboración” aunque no de Conversación. Un Blog aunaría los verbos.

En el fondo, si lo miramos más desde los procesos sociales que se pueden dinamizar exponencialmente desde estas plataformas, volveríamos a conceptos para nada nuevos, como son los de “Inteligencia Colectiva”, entendida como un capacidad nueva para la elaboración participativa del conocimiento, para la Cooperación social y para la Coordinación de procesos complejos, producidos por otra parte desde micro dimensiones sociales hasta escalas planetarias (procesos vinculados a la globalización en marcha).

O los “Inteligencia social”, ya que se habilitan medios producir relaciones y acciones sociales que se mueven por la emoción (reacción frente a eventos), los valores (causas) o postulados de conciencia y/o ideológico (movilización política en la red).

Finalmente, un par de comentarios sobre la relación entre “Innovación tecnológica” e “Innovación social”.

Cito con frecuencia y agrado a una colega (Lina Echeverri) cuando nos repite sabiamente: “Si informatizamos un basurero tendremos un basurero informatizado”. La inundación (a veces hasta la saturación) de los espacios sociales no significa necesariamente innovación. Un buen ejemplo, es la aplicación de masiva de tecnologías en la educación, y sin embargo, todavía no se tiene claro cual es la dimensión y el sentido del impacto, cuáles son los factores que neutralizan o potencias cambios supuestamente asociados a las innovación tecnológica.

Por tanto, la conclusión podría ser que la innovación siempre es social, que la tecnología puede, o mejor dicho, debe ser funcional a estos procesos. Para esto, otra vez la vuelta a las fuentes, hay que comprender y consensuar la naturaleza y el sentido de la innovación social. Esta es la condición sin ecuanon para que la aplicación de tecnologías innovadoras produzca innovación social.

Experiencias de Fundación Telefónica en la intervención para contribuir a la erradicación del trabajo infantil

La estrategia, de manera simplificada del programa de la FT para contribuir a esta causa, es retirar en forma sostenible a niños y niñas del trabajo infantil a través de una escolarización que -para ser eficaz como instrumento- debe ser sostenida, sostenible y de calidad.

Esta intervención la realizamos a través de la articulación de redes colaborativas, en las que participan en primer lugar ONG aliadas, organismos internacionales, voluntarios de Telefónica, gobiernos a distintos niveles, instituciones, expertos, otras empresas, ciudadanos.

En este marco aplicamos nuestra experiencia en TIC en muchos terrenos de nuestra intervención. Citaré sólo dos ejemplos:

  • El desarrollo de una herramienta de gestión on line, basada en una línea de base (datos extensos de cada uno de los niños/niñas que participan en el programa, por supuesto, cumpliendo todos los requisitos de protección de la privacidad de los mismos), sobre el que se asienta una herramienta de explotación avanzada de datos.
  • Una red de Aulas de conectividad digital, a través de las cuales, la comunidad educativa accede a un espacio virtual dotado más que de contenidos educativos (que también los hay), de herramientas y plataformas de trabajo colaborativo para los educadores de las escuelas y centros de atención de los participantes del programa.

En el primer caso, queda claro el carácter participativo y colaborativo, puesto que la información que alimenta al sistema tiene que, necesariamente, ser introducida y refrescada por todos los agentes que intervienen, una gran parte y estratégica las ONG de intervención directa. Por tanto, los “compromisos” no pueden imponerse sino que deben partir de consensos y acuerdos estratégicos.

En el segundo caso, el espacio virtual de aprendizaje, metodologías y contenidos educativos va naturalmente evolucionando hacia esquemas “2.0”. En nuestra particular jerga interna solemos decir que tenemos “Procesos 1.0” (acceso a recursos pedagógicos y referidos a gestión de entornos educativos en los existe trabajo infantil), “Procesos 1.5”, en el sentido que son creaciones colaborativas pero impulsadas desde la dinamización del espacio virtual (identificación y difusión de buenas prácticas, propuestas de experiencias de aprendizaje colaborativos). Finalmente, hay un espacio emergente de “Procesos 2.0”, es decir que crecen desde la red y para la red (Blogs de educadores que desarrollan aspectos críticos –por ejemplo, la violencia en el espacio educativo- y que se elaboran colaborativamente).

Por tanto, vemos que la “lógica colaborativa” es más bien propias de las redes de intervención social y que la aplicación de este conjunto de plataformas en general relacionadas con los conceptos 2.0 y de Redes Sociales, pueden ser un instrumento de enorme valor social, ya que al ser “funcionales” con la lógica social, permite expandir y aumentar enormemente el impacto de la intervención.

Ahora bien, la pregunta es ¿Cómo gestionar socialmente este tipo de innovaciones socio-tecnológicas?

Algunas pistas surgidas de nuestras experiencias

Como es natural en un ámbito como Fundación Telefónica estamos analizando con énfasis este fenómeno, porque creemos en el impacto que pueden aportar las TICs a la intervención social en materia de trabajo infantil. Tenemos además experiencias en otros campos que nos ilusionan.

Pero también estamos convencidos que este tipo de innovación no puede ser ni partir sólo de “un centro” de gravedad, sino que tiene que ser, en si misma, un proceso en y desde la propia red social.

Y como ejemplo de lo que queremos decir, dos observaciones sobre los temas anteriormente introducidos.

La implantación de la Matriz de Monitoreo y Control reveló que más de 5.000 trabajadores sociales están directamente involucrados con actuaciones sociales del Programa. De la misma forma, hay más de 9.000 educadores registrados en nuestro espacio virtual participando en rutas de formación, creando contenidos participativos, compartiendo experiencia. Educadores que, recordémoslo, desarrollan su labor en entornos en general de muy vulnerabilidad social y condiciones bastantes adversas, al menos muy difíciles, para crear entornos de calidad educativa.

La pregunta que nos hacemos y que compartimos con este foro, es: ¿Qué ocurriría si este conjunto de expertos sociales y educativos se articularan en una forma avanzada de red colaborativa? ¿Cuál sería el impacto de compartir en forma directa las experiencia de cada uno/a con el resto del colectivo? ¿Cuál sería el resultado de que 15.000 interventores socio-educativos de altísimo nivel de compromiso y cualificación actuaran como un único cuerpo de inteligencia social colectiva?

Creemos que el resultado sería de una riqueza incalculable. Humildemente, ponemos a disposición de la red nuestra experiencia, el laboratorio social de un programa que interviene en más de 700 municipios de 13 países.